miércoles, diciembre 08, 2010

12/10/2010

En polvo blanco, cal,
Me dejaste viendo debajo del agua,
El derecho desecho obsoleto,
¿Ojo por qué no me ves?
Veo que ves nada de nada,
No hay mal, que por bien no venga,
Aprendí a llorar las penas por un ojo,
Por el otro lloro mi rabia.

Estoy descontrolado,
Apesumbrado,
Cuatro días acostado en una pieza oscura,
Para pensar con tiempo,
Lo que hago peor,
Duermo para no hacerlo,
Despierto, temo estar condicionado por mi ojo enfermo,
Mas lloro,
Dependiente, loca mente,
Si hubo tantos,
¿Por qué a mí el accidente?

¿Podre trabajar?
De veras que aun no termino de estudiar,
¿Podre seguir estudiando?
¿Mi polola me querrá así?

Me estoy volviendo loco,
Ya los volví locos,
Soy un alaraco,
Porfiado aun dándome palos,
Como paciente, impaciente,
Impertinente con mis comentarios.

Hoy desgraciado,
El desganado,
Llegue del supermercado,
A ratos habría el ojo derecho,
A ver si había mejorado,
No, aun no.

Borroso,
Borrosas las letras,
Aun estando cerca,
Me estoy desesperando,
Los lentes de sol made in cuneta,
Me acompañan a todos lados.

Entre a mi casa,
Sola esta con mis perras ladrando,
Y me siento necesario,
Me lo hacen sentir,
¡Les traje huesos!- les dije,
La Wanda me sonrió contentísima,
Más que de costumbre,
Y la Perla,
Los huesos su debilidad,
Para mí un poco de vanidad,
Soy necesario,
Algo que sea.

Les saco la caca,
Les seco el pichi,
Y más que necesario,
Me siento empleado.

Soy feliz.
Av. Central con Plano Regulador

Con los ojos piturrientos,
Soñoliento intento caminar,
Es inercia, pero aun más mi rutina,
Avenida Central es carnicería de lamentos,
Abierto desde siempre,
Fieles caseras son las muertes,
Tiesas e inertes caras de dolor enfrento,
El cemento obligado es improvisada letrina.

Carnicería de asfalto
Y cerámicas gravadas: MINVU,
Donde se echan los perros,
Donde a veces está manchado,
Es cerveza, vino, algún yogurt,
Son más los cadáveres encontrados.

Más palabras que no pretenden ser metáfora
De la vida misma,
Es así,
Un gato reventado a las orillas de la solera,
Me despierta a mí y a mi morbo,
Lo único normal son sus dos patas traseras,
La cola, su cabeza,
Su tronco se ve raro, Desinflado,
Son esos trabajos del jardín
 con plasticina,
Relativos al cuerpo humano,
Hígados, intestino grueso,
Que se yo,
Son la longaniza y la pana
lo familiar,
Se ve quieto,
Casi resignado,
Con los ojos cerrados,
En pocas oportunidades abiertos,
Asoma sus órganos maltratados,
Cocinándose al sol,
Y refrescándose-resfriándose al viento,
Y los chabacanos que como yo,
Dedicamos la atención al encuentro,
Después de la impresión,
Inmediatamente el lamento.

Otro más.
¿Quién será?
¿Habrá sido de los buenos?

Lo cierto,
Los perros ladrando a los autos,
Quieren comer sus ruedas,
Supongo que piensan en grandes gatos,
Gatos grandes que con sus patas recorren calles,
Las recorren raudos imponentes,
Ante los perros, gatos, palomas,
que son animales,
Animales que no se preocupan
por nuestros animales,
Un paso de cebra, el lomo de toro,
Un bocinazo, un motor tunning,
Una perra en leva, peleas callejeras,
Si son señales.

El gato comienza a moverse instintivamente,
Cruza.
Una micro perro veloz,
Se demoro, se distrajo el segundo.

Triturado, reventado,
Despeinaron su pelaje,
El gran aullido
Y un gato ahora mudo con las tripas desordenadas al aire.

La gente pasa,
Se asombra, pasa el asombro.

A las orillas de la solera,
Con un palo arrastrado hacia su espera,
La suerte; la bolsa de basura,
Lo de siempre; el camión de la basura,
Y a veces yo;
                                                 Con la foto del recuerdo.